miércoles, 26 de septiembre de 2012

Souvenirs d'un Autre Monde


Alcest
(2008)
41 min.


I

Hay géneros que se toman demasiado en serio a sí mismos. Géneros que a menudo se niegan a convivir con otros, y quedan por ello relegados a un nicho, cual un invitado asocial en una fiesta. Uno de ellos —quizá el más representativo— es el black metal. ¿Cuántas historias no hemos oído sobre iglesias quemadas y cabras sacrificadas en su nombre? Es un género cuya fanaticada se precia con frecuencia, de ser “verdadera,” y eso significa que están dispuestos a conceder extremos de excentricidad a sus músicos con tal de tener una música pura y descontaminada de otros géneros. Al estar enraizado su origen tan hondo en la música folclórica escandinava, no es de extrañar que más de uno se volviera loco cuando en 2008 llegó un francés a cambiar las reglas del juego; y además hacerlo bien.

Muchos aferrados al black metal puro arguyen que el disco producido casi en solitario por Niege, (bajo el nombre de Alcest, para distinguirlo de sus demás proyectos) no pertenece a ningún lado. Es demasiado suave para ser metal, demasiado oscuro para ser dream pop, demasiado melódico para ser shoegaze. ¿Pero desde cuándo debe alguien preocuparse por tales etiquetas? ¿No sería mucho más loable aventurarse a lo sonoro atendiendo sólo a nuestros sentidos, y no a parámetros estrechos y enfermizos? En este caso, definitivamente, lo sería, ya que de otro modo le estaríamos negando la oportunidad a un álbum muy digno, e interesante hasta la medula.

II

1. Primtemps Emeraude – Ejemplo perfecto de la versatilidad del álbum. Tras un intro rudo llega un pasaje acústico que a su vez cede ante una melodía soñadora, aunque llevada de la mano por instrumentación pesada. Se intercalarán de este modo por toda la canción. La voz de Niege complementa el artificio de forma hermosa, pues es a la vez gentil y recatada, con un dejo de misterio que evoca a los bosques fantásticos que el disco entero parece sugerir como tema. Gran inicio. 8.5

2. Souvenirs d’un Autre Monde – A diferencia de la anterior, comienza con un intrincado paisaje acústico para después retomar la vena shoegaze. Las melodías, de hecho, se parecen bastante. Las armonías vocales de Niege a mitad de la canción son celestiales. Se comienza a notar una tendencia a construir clímax a través de juegos claros de guitarra puestos sobre la pared de sonido principal. Satisfactoria, aunque falta de partes excesivamente memorables. 8

3. Les Iris – Desde el principio, esta canción tiene un golpe más inmediato. A no ser por la voz, los primeros minutos son muy cercanos al black metal puro. Cerca de los 3 minutos aparecen de nuevo los juegos de guitarra, que le conceden a la pista una cierta gentileza; pero no una grande. La parte acústica viene hasta muy entrada la canción, y se sentiría inconexa de no ser que el álbum entero suena muy similar. La dureza vuelve hacia el final, con grandes bríos y logros. Muy buen ejercicio en metal atmosférico. 8.5

4. Ciel Errant – Mi favorita personal. Comienza con lo que es probablemente el minuto más memorable del disco; uno lleno de aparente alegría y melodías entrañables —tanto acústicas como shoegaze. Niege se siente como pez en el agua, pues al ser una pista más alegre, su voz suave resalta mucho menos que en las demás. Funciona casi como un instrumento; una línea guía desde los bosques oscuros hasta los cielos más altos. Las progresiones son lisas; en ningún momento se siente un quiebre injustificado como en la pista anterior. El clímax cerca del final es excelso. Gran canción, punto. 9

5. Sur L’autre Rive Je T’attendrai – El inicio regresa todo a tierras más áridas después de la ensoñación pasada. Los primeros 3 minutos son una progresión metalera hacia un pequeño solo de guitarra bien logrado. Despues de esto, la canción pareciera volver a empezar, pero en realidad se convierte en un intrincado juego de armonías. Después, inexplicablemente, todo se transforma en otra canción, una acústica. Esta parte tiene su encanto, pero se siente un tanto fuera de sitio, como si sólo hubiera recordado que no había puesto el puente acústico en esa pista. La primera parte se siente un poco plana, y no comprendo del todo el quiebre hacia la segunda. 6.5

6. Tir Nan Og – Abre con la melodía más alegre de todo el álbum; y les diría que está fuera de sitio si no me agradara tanto. La voz de Niege y las percusiones sugieren motivos étnicos, rituales, con resultados hipnóticos. Hasta este punto en el álbum, casi todo el tiempo había habido una pared de ruido shoegaze cobijando todo; aquí ha desparecido, y con ello las melodías quedan desnudas y brillan mucho más. El piano y el pandero son entrañables. Es desconcertante que un álbum tan misterioso (y además clasificado como metal) termine en una nota tan llena de esperanza, pero en este caso se siente como una salida del bosque, una rendija de luz, un amanecer. Muy lindo cierre. 9

III

Puede ser que sea la hora en que estoy escribiendo esto, pero el gusto que me deja, ya después, es un cierto sopor. No es uno negativo, sino el efecto simple de cualquier álbum que incluye 35 minutos con continuo ruido blanco de fondo. Tomando eso en cuenta, el descanso a esa pared de sonido que hay en “Tir Nan Og” es un golpe maestro de Niege, pues al ser una canción tan diferente y alegre, te deja deseando más, antes que cansado de tanto ruido. Es un álbum satisfactorio, que tiene un lugar importante en mi colección tanto por su originalidad como por su atmósfera y (debo admitirlo) su portada increíble. Como punto negativo podría decir que es un tanto monótono, aunque ni el shoegaze ni el black metal son géneros que requieran mucha variedad para satisfacer a sus escuchas.

Y regresando a eso, no sé qué género es Souvenirs d'un Autre Monde, y no creo que importe. Al escucharlo sin tratar de encasillar, uno se encuentra con una experiencia sonora atrevida y encomiable. Poco importa si Niege no vive en Noruega o no tiene instintos sangrientos como Varg Vikernes: su música transmite el espíritu de los bosques con la misma efectividad. Y es que debo decir que este tipo de álbumes atmosféricos sólo logran su objetivo cuando, como éste, te hacen ver a través del sonido. Sí, con toda claridad, puedo ver ante mí las horas de la noche entre pinares y hadas, conduciendo hacia una mañana dorada y tersa. Misión cumplida, Niege, misión cumplida.

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