domingo, 19 de octubre de 2014

Beneham - Heteromónimo



2014
Independiente
16 min.
Indie Rock / Emo

⋆⋆⋆ - 3.2

Lo primero que deben saber sobre Beneham es que conforman una banda sin historia, fresca, saliendo apenas del horno, lo cual para un reseñista es bueno y malo. Es bueno porque lo que uno escucha es el punto inicial de un viaje, y por lo tanto se puede considerar su valía de un modo sincrónico, sin preocuparse tanto por la evolución que tal o cual decisión sónica representa en la historia de la banda. Pero esa falta de referencia también puede llegar a ser incómoda, puesto que lo único que queda para construir un marco de referencia (tanto para uno mismo como para ustedes, los lectores) es la frecuentemente demonizada comparación.

Y es que así, tan pedante como a veces resulta, es el recurso menos vago que hay, el más asequible. ¿A qué otra cosa suenan? También, al fin y al cabo, es cierto que las influencias son de especial importancia en una banda como ésta, todavía en proceso de encontrar su voz. Vamos, entonces.

Heteromónimo es un EP de 4 canciones en las que Beneham combina elementos temáticos del emo mexicano de la última década y cachito (División Minúscula, Insite) con una estructura musical de cariz menos melodramático y grandilocuente que la de éstos, y más bien nutrida por el Indie sincopado, melódico y angular del Bloc Party temprano, The Drums o We Are Scientists. En el ámbito nacional, la banda misma apunta a No Somos Marineros y Little Jesus como influencias, lo cual es correcto, pero no son una calca tal cual de ninguno de ellos. Esto es bueno, por supuesto, pero también tiene sus desventajas.


Por ejemplo, es cierto que su trabajo instrumental suena a N.S.M., pero la fusión con una temática lírica en vena más cercana a División Minúscula, o incluso Disidente, los hace mucho más orientados a la palabra que a la atmósfera —mientras que N.S.M. frecuentemente trabajan al contrario, creando piezas instrumentales y cuasi-instrumentales en donde pesa más el groove de su math-rock híbrido que el mensaje lírico. De nuevo, esto no es malo en sí, pero se convierte en una debilidad cuando uno se sienta a escuchar Heteromónimo y encuentra que las letras, puestas bajo el reflector principal, son quizá el eslabón más frágil de Beneham hasta este punto en su maduración artística.

Ésto es cierto sobre todo de las primeras 3 canciones, las cuales se funden en un mismo caldo de amor-desamor y engaño descritos en términos bastante chatos y trillados. “Mañana parece incierto, / creí estar en lo correcto / Pero llegaste y me cambiaste”. “Dime qué quieres hacer aquí, / junto a mí. / Creo que voy a enloquecer”. “Y yo / Ya no sé qué hacer / para comprender lo qué pasó / me estoy volviendo loco”. Cada una de esas citas es de una canción distinta, y sí les parecen tremendamente similares es porque lo son. De hecho dos de ellas son el coro. Y en un disco cuyo título (guiño a Pessoa incluido) y conceptualización parecen prometer un ejercicio de pluralidad, el que las letras parezcan tan seguido creaciones de Coda es un pecado importante.

La inflexión vocal de Alejandro Luna ante el micrófono tampoco ayuda mucho en esto. Pasa una gran parte del tiempo tratando de sonar como el cantante de División Minúscula, y sí llega a haber momentos en que ese tono cool suena forzado, como el coro de “Estaba pensando” o el verso introductorio de “Despertador”.



Ahora, creamos lo que creamos sobre lo ya mencionado, lo innegable es que Beneham —o ‘la Beneham’, como se hacen llamar— sí son más que eficientes instrumentalistas y creadores de melodía. Flavio y Ulises Juárez sin duda recuerdan al combo de Russell Lissack y Matt Tong en Bloc Party, y por la mayor parte no palidecen ante el ejemplo. El trabajo de Ulises sincopando los fills, especialmente cuando involucra cabalgatas en el hi-hat o rimshots (como en los primeros minutos de “Vertical”), resulta de lo más llamativo. He oído que se separó de la banda después de grabar el EP, lo cual me preocupa, dado que la velocidad y precisión en los bateristas del rock nacional (especialmente entre bandas jóvenes) suelen ser de nivel glacial y vergonzoso, respectivamente, mientras que Ulises —al menos en esta grabación— suena excelente en ambos puntos. Flavio, mientras tanto, si bien no muestra el frenesí de Russell Lissack en Silent Alarm, sí recuerda a su trabajo más sutil y melódico en los años de A Weekend in the City, en especial cortes como "I Still Remember" o "Two More Years". Alejandro Luna, en la otra guitarra, provee una base rítmica muy adecuada para que los riffs de Flavio se intercalen y formen, por momentos, paredes de sonido interesantes —como el puente en “Estaba pensando”, momento muy destacado por su combinación de distorsión, reverb y melodía. El bajo de Mauricio Gutierrez queda bastante escondido en la mezcla, pero en los momentos donde se le permite saltar a la superficie (como el primer verso de “Despertador” o el intro de “Estaba pensando”) me recuerda al trabajo sinuoso de alguien como Carlos Dengler.

También hay otra cosa destacable: dejaron lo mejor para el final. El EP cierra con “Vertical”, sin duda la obra más redonda de la grabación. El tono de la canción, más lento que las anteriores, permite que Alejandro Luna abandone la velocidad con que había estructurado los versos hasta entonces, con lo cual su dicción se vuelve mucho más natural. Las letras aquí también están tres escalones arriba. “Es estirar las manos y al contacto disipar / todas tus incertidumbres; / Dudar es volverlo a intentar”. Qué diferencia. También es el único coro donde la melodía no explota dramáticamente o trata de hacernos cantar un “wouwoowooo”, sino que evoluciona en su mismo registro natural, sonando mucho más honesta. La pared de sonido que la banda construye de la mano de Flavio Juárez desde la entrada del segundo coro también se siente… correcta. Es de esos momentos que hacen clic en la cabeza del escucha y le dejan saber que estos tipos sí tienen idea de lo que están haciendo. En definitiva creo que, con miras a futuro, ésta es la canción que debe servir de base.



Hace poco fui a ver a The Antlers al Plaza Condesa y les abrió una banda nacional, Kill Aniston. Fue espantoso. Los tipos no tienen idea de cómo construir una canción o sacarle a su instrumento más que un acorde ramplón. Fue de esos momentos en que pierdes toda fe en la música nacional. Pero no, sí hay vida. Hay vida por bandas como los ya mencionados No Somos Marineros, por ejemplo, o bien propuestas como URSS Bajo el Árbol.

Pero también hay vida porque bandas como Beneham, sin nada bajo el brazo más que 4 canciones y unas cuantas presentaciones en vivo, suenan creativos e impulsados. Heteromónimo no es un parteaguas de nada, sólo una colección de canciones que, dentro de sus fronteras genéricas relativamente discretas, suenan por momentos inmaduras, por momentos intrigantes —e incluso, a veces, bastante bien. Y eso es más que suficiente por ahora. Heteromónimo, ya lo dije, es sólo el principio de un viaje, y como tal abre una variedad nada despreciable de caminos posibles. Espero al siguiente paso.


Visiten el Soundcloud de la banda y su página de Facebook


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