Independiente
16 min.
Indie Rock / Emo
⋆⋆⋆
- 3.2
Lo primero que deben saber sobre
Beneham es que conforman una banda sin historia, fresca, saliendo apenas del
horno, lo cual para un reseñista es bueno y malo. Es bueno porque lo que uno
escucha es el punto inicial de un viaje, y por lo tanto se puede considerar su
valía de un modo sincrónico, sin preocuparse tanto por la evolución que tal o
cual decisión sónica representa en la historia de la banda. Pero esa falta de
referencia también puede llegar a ser incómoda, puesto que lo único que queda
para construir un marco de referencia (tanto para uno mismo como para ustedes,
los lectores) es la frecuentemente demonizada comparación.
Y es que así, tan pedante como a veces resulta, es el recurso menos vago que hay, el más asequible. ¿A qué otra cosa suenan? También, al fin y al cabo, es cierto que las influencias son de especial importancia en una banda como ésta, todavía en proceso de encontrar su voz. Vamos, entonces.
Heteromónimo es un EP de 4 canciones en las que Beneham combina elementos temáticos del emo mexicano de la última década y cachito (División Minúscula, Insite) con una estructura musical de cariz menos melodramático y grandilocuente que la de éstos, y más bien nutrida por el Indie sincopado, melódico y angular del Bloc Party temprano, The Drums o We Are Scientists. En el ámbito nacional, la banda misma apunta a No Somos Marineros y Little Jesus como influencias, lo cual es correcto, pero no son una calca tal cual de ninguno de ellos. Esto es bueno, por supuesto, pero también tiene sus desventajas.
Y es que así, tan pedante como a veces resulta, es el recurso menos vago que hay, el más asequible. ¿A qué otra cosa suenan? También, al fin y al cabo, es cierto que las influencias son de especial importancia en una banda como ésta, todavía en proceso de encontrar su voz. Vamos, entonces.
Heteromónimo es un EP de 4 canciones en las que Beneham combina elementos temáticos del emo mexicano de la última década y cachito (División Minúscula, Insite) con una estructura musical de cariz menos melodramático y grandilocuente que la de éstos, y más bien nutrida por el Indie sincopado, melódico y angular del Bloc Party temprano, The Drums o We Are Scientists. En el ámbito nacional, la banda misma apunta a No Somos Marineros y Little Jesus como influencias, lo cual es correcto, pero no son una calca tal cual de ninguno de ellos. Esto es bueno, por supuesto, pero también tiene sus desventajas.
Por ejemplo, es cierto que su trabajo instrumental suena a N.S.M., pero la fusión con una temática lírica en vena más cercana a División Minúscula, o incluso Disidente, los hace mucho más orientados a la palabra que a la atmósfera —mientras que N.S.M. frecuentemente trabajan al contrario, creando piezas instrumentales y cuasi-instrumentales en donde pesa más el groove de su math-rock híbrido que el mensaje lírico. De nuevo, esto no es malo en sí, pero se convierte en una debilidad cuando uno se sienta a escuchar Heteromónimo y encuentra que las letras, puestas bajo el reflector principal, son quizá el eslabón más frágil de Beneham hasta este punto en su maduración artística.
Ésto es cierto sobre todo de las
primeras 3 canciones, las cuales se funden en un mismo caldo de amor-desamor y
engaño descritos en términos bastante chatos y trillados. “Mañana parece
incierto, / creí estar en lo correcto / Pero llegaste y me cambiaste”. “Dime
qué quieres hacer aquí, / junto a mí. / Creo que voy a enloquecer”. “Y yo / Ya
no sé qué hacer / para comprender lo qué pasó / me estoy volviendo loco”. Cada
una de esas citas es de una canción distinta, y sí les parecen tremendamente
similares es porque lo son. De hecho dos de ellas son el coro. Y en un disco
cuyo título (guiño a Pessoa incluido) y conceptualización parecen prometer un
ejercicio de pluralidad, el que las letras parezcan tan seguido creaciones de
Coda es un pecado importante.
La inflexión vocal de Alejandro
Luna ante el micrófono tampoco ayuda mucho en esto. Pasa una gran parte del
tiempo tratando de sonar como el cantante de División Minúscula, y sí llega a
haber momentos en que ese tono cool
suena forzado, como el coro de “Estaba pensando” o el verso introductorio de “Despertador”.
Ahora, creamos lo que creamos sobre lo
ya mencionado, lo innegable es que Beneham —o ‘la Beneham’, como se hacen
llamar— sí son más que eficientes instrumentalistas y creadores de melodía.
Flavio y Ulises Juárez sin duda recuerdan al combo de Russell Lissack y Matt
Tong en Bloc Party, y por la mayor parte no palidecen ante el ejemplo. El
trabajo de Ulises sincopando los fills,
especialmente cuando involucra cabalgatas en el hi-hat o rimshots (como en los
primeros minutos de “Vertical”), resulta de lo más llamativo. He oído que se
separó de la banda después de grabar el EP, lo cual me preocupa, dado que la
velocidad y precisión en los bateristas del rock nacional (especialmente entre
bandas jóvenes) suelen ser de nivel glacial y vergonzoso, respectivamente, mientras
que Ulises —al menos en esta grabación— suena excelente en ambos puntos.
Flavio, mientras tanto, si bien no muestra el frenesí de Russell Lissack en Silent Alarm, sí recuerda a su trabajo
más sutil y melódico en los años de A Weekend in the
City, en especial cortes como "I Still Remember" o "Two More Years". Alejandro Luna, en la otra guitarra, provee una base rítmica muy
adecuada para que los riffs de Flavio se intercalen y formen, por momentos,
paredes de sonido interesantes —como el puente en “Estaba pensando”,
momento muy destacado por su combinación de distorsión, reverb y melodía. El bajo de Mauricio Gutierrez queda bastante
escondido en la mezcla, pero en los momentos donde se le permite saltar a la
superficie (como el primer verso de “Despertador” o el intro de “Estaba
pensando”) me recuerda al trabajo sinuoso de alguien como Carlos Dengler.
También hay otra cosa destacable:
dejaron lo mejor para el final. El EP cierra con “Vertical”, sin duda la obra
más redonda de la grabación. El tono de la canción, más lento que las
anteriores, permite que Alejandro Luna abandone la velocidad con que había
estructurado los versos hasta entonces, con lo cual su dicción se vuelve mucho
más natural. Las letras aquí también están tres escalones arriba. “Es estirar
las manos y al contacto disipar / todas tus incertidumbres; / Dudar es volverlo
a intentar”. Qué diferencia. También es el único coro donde la melodía no explota
dramáticamente o trata de hacernos cantar un “wouwoowooo”, sino que evoluciona
en su mismo registro natural, sonando mucho más honesta. La pared de sonido que
la banda construye de la mano de Flavio Juárez desde la entrada del segundo
coro también se siente… correcta. Es
de esos momentos que hacen clic en la cabeza del escucha y le dejan saber que
estos tipos sí tienen idea de lo que están haciendo. En definitiva creo que,
con miras a futuro, ésta es la canción que debe servir de base.
Hace poco fui a ver a The Antlers
al Plaza Condesa y les abrió una banda nacional, Kill Aniston. Fue espantoso.
Los tipos no tienen idea de cómo construir una canción o sacarle a su
instrumento más que un acorde ramplón. Fue de esos momentos en que pierdes toda
fe en la música nacional. Pero no, sí hay vida. Hay vida por bandas como los ya
mencionados No Somos Marineros, por ejemplo, o bien propuestas como URSS Bajo
el Árbol.
Pero también hay vida porque bandas
como Beneham, sin nada bajo el brazo más que 4 canciones y unas cuantas
presentaciones en vivo, suenan creativos e impulsados. Heteromónimo no es un parteaguas de nada, sólo una colección de
canciones que, dentro de sus fronteras genéricas relativamente discretas,
suenan por momentos inmaduras, por momentos intrigantes —e incluso, a veces, bastante
bien. Y eso es más que suficiente por ahora. Heteromónimo, ya lo dije, es sólo el principio de un viaje, y como
tal abre una variedad nada despreciable de caminos posibles. Espero al
siguiente paso.
Visiten el Soundcloud de la banda y su página de Facebook
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