Alcest
(2008)
41 min.
I

Muchos aferrados al black metal puro arguyen
que el disco producido casi en solitario por Niege, (bajo el nombre de Alcest,
para distinguirlo de sus demás proyectos) no pertenece a ningún lado. Es
demasiado suave para ser metal, demasiado oscuro para ser dream pop, demasiado
melódico para ser shoegaze. ¿Pero desde cuándo debe alguien preocuparse por
tales etiquetas? ¿No sería mucho más loable aventurarse a lo sonoro atendiendo
sólo a nuestros sentidos, y no a parámetros estrechos y enfermizos? En este
caso, definitivamente, lo sería, ya que de otro modo le estaríamos negando la
oportunidad a un álbum muy digno, e interesante hasta la medula.
II
1. Primtemps Emeraude – Ejemplo perfecto de la versatilidad
del álbum. Tras un intro rudo llega un pasaje acústico que a su vez cede ante
una melodía soñadora, aunque llevada de la mano por instrumentación pesada. Se intercalarán
de este modo por toda la canción. La voz de Niege complementa el artificio de
forma hermosa, pues es a la vez gentil y recatada, con un dejo de misterio que
evoca a los bosques fantásticos que el disco entero parece sugerir como tema. Gran
inicio. 8.5
2. Souvenirs d’un Autre Monde – A diferencia de la anterior, comienza
con un intrincado paisaje acústico para después retomar la vena shoegaze. Las
melodías, de hecho, se parecen bastante. Las armonías vocales de Niege a mitad
de la canción son celestiales. Se comienza a notar una tendencia a construir
clímax a través de juegos claros de guitarra puestos sobre la pared de sonido
principal. Satisfactoria, aunque falta de partes excesivamente memorables. 8
3. Les Iris – Desde el principio, esta canción tiene un golpe
más inmediato. A no ser por la voz, los primeros minutos son muy cercanos al
black metal puro. Cerca de los 3 minutos aparecen de nuevo los juegos de
guitarra, que le conceden a la pista una cierta gentileza; pero no una grande.
La parte acústica viene hasta muy entrada la canción, y se sentiría inconexa de
no ser que el álbum entero suena muy similar. La dureza vuelve hacia el final,
con grandes bríos y logros. Muy buen ejercicio en metal atmosférico. 8.5
4. Ciel Errant – Mi favorita personal. Comienza con lo que es
probablemente el minuto más memorable del disco; uno lleno de aparente alegría
y melodías entrañables —tanto acústicas como shoegaze. Niege se siente como pez
en el agua, pues al ser una pista más alegre, su voz suave resalta mucho menos
que en las demás. Funciona casi como un instrumento; una línea guía desde los
bosques oscuros hasta los cielos más altos. Las progresiones son lisas; en
ningún momento se siente un quiebre injustificado como en la pista anterior. El
clímax cerca del final es excelso. Gran canción, punto. 9
5. Sur L’autre Rive Je T’attendrai – El inicio regresa todo a tierras más
áridas después de la ensoñación pasada. Los primeros 3 minutos son una
progresión metalera hacia un pequeño solo de guitarra bien logrado. Despues de
esto, la canción pareciera volver a empezar, pero en realidad se convierte en
un intrincado juego de armonías. Después, inexplicablemente, todo se transforma
en otra canción, una acústica. Esta parte tiene su encanto, pero se siente un
tanto fuera de sitio, como si sólo hubiera recordado que no había puesto el
puente acústico en esa pista. La primera parte se siente un poco plana, y no comprendo
del todo el quiebre hacia la segunda. 6.5
6. Tir Nan Og – Abre con la melodía más alegre de todo el
álbum; y les diría que está fuera de sitio si no me agradara tanto. La voz de
Niege y las percusiones sugieren motivos étnicos, rituales, con resultados
hipnóticos. Hasta este punto en el álbum, casi todo el tiempo había habido una
pared de ruido shoegaze cobijando todo; aquí ha desparecido, y con ello las
melodías quedan desnudas y brillan mucho más. El piano y el pandero son
entrañables. Es desconcertante que un álbum tan misterioso (y además
clasificado como metal) termine en una nota tan llena de esperanza, pero en
este caso se siente como una salida del bosque, una rendija de luz, un
amanecer. Muy lindo cierre. 9
III
Puede ser
que sea la hora en que estoy escribiendo esto, pero el gusto que me deja, ya después, es un cierto sopor. No es uno negativo, sino el efecto simple de
cualquier álbum que incluye 35 minutos con continuo ruido blanco de fondo.
Tomando eso en cuenta, el descanso a esa pared de sonido que hay en “Tir Nan Og”
es un golpe maestro de Niege, pues al ser una canción tan diferente y alegre,
te deja deseando más, antes que cansado de tanto ruido. Es un álbum
satisfactorio, que tiene un lugar importante en mi colección tanto por su
originalidad como por su atmósfera y (debo admitirlo) su portada increíble.
Como punto negativo podría decir que es un tanto monótono, aunque ni el
shoegaze ni el black metal son géneros que requieran mucha variedad para
satisfacer a sus escuchas.
Y regresando a eso, no sé qué género es Souvenirs d'un Autre Monde, y
no creo que importe. Al escucharlo sin tratar de encasillar, uno se encuentra
con una experiencia sonora atrevida y encomiable. Poco importa si Niege no vive
en Noruega o no tiene instintos sangrientos como Varg Vikernes: su música
transmite el espíritu de los bosques con la misma efectividad. Y es que debo
decir que este tipo de álbumes atmosféricos sólo logran su objetivo cuando,
como éste, te hacen ver a través del
sonido. Sí, con toda claridad, puedo ver ante mí las horas de la noche entre
pinares y hadas, conduciendo hacia una mañana dorada y tersa. Misión cumplida,
Niege, misión cumplida.
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