La semana pasada, nuestra ciudad vio una edición más del multicitado
festival Corona Capital, en el que la juventud (con excepciones [des]honrosas)
se congrega para pretender que están en Coachella por algunas horas. Esto sería
interesante de analizar en sí mismo, pero por ahora me centraré en la inusitada
atención que se llevó el acto londinense Florence + the Machine. Digo inusitada
porque, para no ser los headliners del
evento y sí una banda con escasos dos álbumes, parece no haber otra cosa
destacada qué comentar sobre el festival. Aclaro que no tengo nada contra la
banda, pero hay ciertos fenómenos a su alrededor (fenómenos que han afectado mi
vida bastante de cerca, he de admitir) que me son imposibles de ignorar. Podría
simplemente molestarme y pretender que no existen; pero eso sería inefectivo y,
además, innecesario. No he de ignorar a Florence + the Machine porque, para
empezar, no merecen ser ignorados. Son un acto musical digno. Pero sí he de
observar lo que sucede con ellos en cuanto a parafernalia de un modo más
profundo que el de un fan, y menos escéptico
que el de un hater. Así sea.
Recuerdo que hace un par de años
comencé a tener consciencia de que este grupo andaba deambulando por allí, pero
no los escuché hasta un tiempo después —cuando se volvieron una obsesión para
mi entonces pareja sentimental. Desde entonces, el ascenso ha sido meteórico en
todo aspecto. La primera vez que visité Wikipedia para informarme de dónde
habían salido, eran la quinta opción después de escribir ‘Florence.’ Hoy son la
segunda; superando a Florence Nightingale. ¿Saben quién es Florence
Nightingale? Más les vale, porque la señora inventó lavarse las manos antes de
operar a un paciente en los hospitales —todos deberíamos tenerle un altar en
casa. Sinceramente dudo que Florence Welch y su pandilla tengan un mérito mayor
a ese, pero no me quejo de que aparezcan por encima de la célebre enfermera:
entiendo que el sitio Wikipedia basa sus rankings en relevancia cultural
contemporánea. Ahora bien, ¿por qué Florence + the Machine tiene tanta relevancia
cultural contemporánea? Mi tesis es que, más allá de su merito musical, el
grupo dice algo acerca de nuestros
tiempos, y de cómo nos vemos a nosotros mismos.